Nunca jamás se rindan

mayo 25, 2023

Sufrió la pérdida total de sus cosechas más de una vez, y tuvo que soportar que le cierren muchas puertas en la cara, cuando a pie y tienda por tienda, ofrecía sus productos en busca de concretar sus sueños. Nunca se amilanó, y ahora no solo vende a los principales súper mercados locales, sino que exporta a países como Corea, Estados Unidos y Chile. Jorge Mosto Oquendo, emprendedor con más de medio siglo de vida y orgulloso padre del motor de su vida, su hijo Santino, le revela a Mype Pro, el arduo camino que atravesó para alcanzar el éxito.

Sembrando Sueños

Batalló con varios emprendimientos antes de encontrar el sendero que hoy marca su vida. Engordó pavos y se dedicó a la crianza de camarones en Cieneguilla, pero fue en la siembra y cultivo de papa donde germinó el sueño de lo que hoy es su presente y su futuro. “Tuvimos que luchar en los valles interandinos y costeños. Sembrar, comercializar, dándole a veces un valor agregado al producto. Por ejemplo, lavábamos la papa para darle a determinado cliente, y que nos pagara más. Seleccionar y estratificar para los diversos mercados, ante los bajos costos y las sorpresas que se daban. En esos momentos no existían ni los teléfonos celulares ni las redes sociales, no había estadísticas a la mano, como ahora. Era como una tómbola. Todo era por datos que nos daban algunos agricultores de bastante experiencia y nos decían cuándo sembrar o no”, nos indica este aguerrido emprendedor.

“De esta etapa recojo algunas experiencias buenas y otras malas. En la siembra de papa, por ejemplo, como ocurre con otros rubros también, uno cae y no queda otra que levantarse. El precio se va para el suelo y ni siquiera vale la pena cosechar la papa, entonces se donaba a los más necesitados. Pero en otros momentos sí agarrábamos el boom de los precios y vendíamos bien, y eso nos permitía seguir adelante y crecer”, le relata a Mype Pro.

“Poco a poco fuimos progresando, y después ya formamos la primera empresa, donde comenzábamos a hacer mermeladas y pulpas de frutas, en forma artesanal. Fuimos entonces avanzando tienda por tienda. Muchas veces caminando, muchas veces nos cerraban las puertas en la cara, y regresábamos tristes pero no derrotados. Seguíamos adelante, y así tocando y abriendo puertas, fuimos consiguiendo nuestras primeras metas y avanzando. Es en ese luchar y avanzar día a día, cuando nació mi hijo Santino, que fue un motivo para hacer que las dos empresas que ahora manejo crezcan año a año”, nos cuenta con orgullo propio de un padre, Jorge Mosto

Su hijo, tiene ahora 15 años, y – como nos revela –  ha crecido casi a la par de sus empresas, Viejo Tesoro Alimost S.A.C. y Mosto de Palermo. “Santino fue y es el motor del cambio, del pensamiento hacia la producción constante. Nunca parar para crecer. Y ahí estamos, en ese camino, luchando día a día. Ahora, exportamos a diversos países. Por ejemplo, hojuelas de maca y maca chip a Corea, o quinua pop a Estados Unidos y Chile”, señala en diálogo con Mype Pro.

Super Alimentos

Y fue en esa jornada diaria de lucha en el campo y la ciudad, que se inició con la siembra, cosecha y comercialización de papa, que Jorge Mosto terminó por descubrir “los súper alimentos del Perú, los que comieron los antiguos peruanos.  Vimos en ellos un potencial. Te estoy hablando de hace muchos años, como 20 años, que nos centramos en las enormes posibilidades de la kiwicha, la quinua, la cañihua, y comenzamos a explorar el mercado de los cereales, los fideos y similares”, nos cuenta.

“Y, junto con las pulpas de frutas exóticas hechas artesanalmente, le fuimos dando y dando a los cereales, para convertirnos hoy en día en un productor importante de cereales en el Perú. Ahora muchas veces nos piden nuestra opinión en la formulación de snacks, dulces o salados, hechos a base de granos andinos. Pero llegar a esto fue un camino largo”, añade este incansable luchador.

 
Productos Dormidos

El papá de Santino nos cuenta que, al principio, sus productos no se vendían y se quedaban en los anaqueles de las tiendas y super mercados. No hallaba explicación, y una y otra vez intentaba encontrar una salida a la falta de demanda, hasta que dio con la respuesta. “Cuando comenzamos esto, no lo compraba mucha gente y las cajas se dormían en los súper mercados. Nosotros hemos danzado con lo más fea, como se dice. No hallábamos la solución hasta que cambiamos de formato, del tamaño de empaques. En lugar de cajas grandes, de 50 y 100 gramos y más, creamos formatos más pequeños para los escolares. Ahora fabricamos tiras de 7, 8 y 10 unidades de diferente sabor o de un solo sabor, de 10 y 20 gramos, y resultó ser un éxito. Nuestras ventas se incrementaron drásticamente”, nos explica.

Diversificación

“Nuestro producto estrella es la quinua y los granos andinos y sus derivados, transformados en quinua tipo pop, cereales esféricos, en forma de chizitos, palitos, aritos, almohadillas. Catorce formatos que trabajamos, dulces y salados. Todos 100% natural, con sabores peruanos y productos peruanos, hasta sabor a anticucho y criollo. También hacemos productos con maca, panela, yacón y maíz morado pintado con la propia coronta pulverizada, que es un valioso antioxidante”, nos explica Jorge al referirse al presente de su emprendimiento.

“Si bien todo comenzó con cereales y harina de quinua, ahora vendemos también polvo de cacao, miel de abeja, de diversos valles y productores. Ya no solo lo que hacemos nosotros mismos, sino un abanico de productos, orgánicos y nacionales, que comercializamos, como el polvo de cacao y la miel de Pangoa, y otros derivados como la pasta de cacao, la manteca. Productos de los diferentes valles del Perú. Cacaos nativos, de Piura; el cacao blanco, de Cusco; el cacao chuncho o criollo, de Echarate”, nos refiere con entusiasmo.

Experiencia Enriquecedora

Para Jorge Mosto todas las experiencias que ha tenido, desde la crianza de pavos y camarones, hasta el cultivo de papa y lavado de quinua, han forjado lo que hoy es su negocio. “Todos, cada paso que se ha dado, ha sido importantísimo para llegar hasta acá. Sin eso no podríamos estar donde estamos. Parece mentira, pero cada día, en cada negociación, se ve plasmado el conocimiento adquirido en las diferentes etapas, desde sembrar un papa y comercializarla, hasta llevarla al mercado, lavarla, etc,. Hoy contamos con dos plantas, una en Santa Anita, donde hacemos el empaque en diferentes presentaciones, gramajes y kilajes; y otra en la que hacemos los productos en sí, donde usamos extrusoras de una y dos tornillos, que por presión y temperatura trabajan con los granos andinos y los expandan, y dan un producto final muy agradable, precocido, muy digerible. A diferencia de esos snacks fritos poco saludables, con grasas trans o cargados de sodio y saborizantes. Nuestros productos están combinados con mieles, cacao y jarabes de Yacón, y otros productos locales”, señala.

Rendirse Jamás

Este emprendedor, curtido por la experiencia del trabajo arduo y honesto, se da un tiempo para brindarle un consejo a los emprendedores que recién inician su camino. “A ellos les daría el siguiente y el mejor consejo, porque podría darles una larga lista, pero yo les voy a dar el único consejo para un emprendedor triunfador:  nunca jamás se rindan. Jamás paralicen su empresa y su emprendimiento. Sigan para adelante. Problemas y tropezones van a haber, pero si se apartan de sus sueños ya nunca volverán a él.”.

“También les diría que nada es gratis. Ninguna empresa se hace de la noche a la mañana y comienza a funcionar y producir ganancias de un día para otro. Todo cuesta trabajo y son los años y la experiencia, las caídas y levantadas, las que hacen a un empresario fuerte. Son estos momentos los que te hacen definir, elegir y decidir, y son estos momentos los que te cuajan para la vida, y que ye ayudan a tomar, con los años, las mejores decisiones, y eso se demuestra en el crecimiento de tus empresas. El consejo es que sigas para adelante”, puntualizó.