Madre y abuela coraje

junio 24, 2023

Tiene la palabra batalla tatuada en el alma. Doña Carmen Abanto, no solo es madre de tres hijas profesionales, sino también abuela de tres nietos a los que adora con pasión casi ilimitada. A sus más de 60 años, esta emprendedora mujer, que nació en la localidad de Azufre, en Cajamarca, y luchó en Costa, Sierra y Selva por su familia, ahora, asentada ya en San Juan de Lurigancho, es el corazón y el motor de una florería a la que, pese todas las adversidades que se le presentan, empuja hacia una sola dirección: el éxito.  Al inicio fue un mundo por descubrir ya que nunca había trabajado en ese rubro. Fui conociendo el negocio de las flores y la decoración en el camino. Fue una experiencia difícil, no voy a negarlo, pero hemos salido adelante luego de varias batallas que tuvimos que enfrentar”, le revela a Mype Pro esta aguerrida emprendedora, convertida en un ejemplo de lucha y perseverancia para todos los suyos.

El origen de la batalla

No fue un amor a primera vista su incursión en el mundo de las flores. Doña Carmen, hasta ese momento, había estado luchando sin cuartel y desde diversas ‘trincheras’ para aportar económicamente a su familia.  “Antes de la florería, en el año 1994 hasta los 2011, yo había tenido emprendimientos como la fabricación de calzado tejido con hilo macramé y cuero – estilo brasilero -, elaboración de carteras, accesorios con macramé. También incursioné en la elaboración y venta de manualidades, elaborando arreglos con flores secas y canastas con material reciclable. Estos negocios fueron un soporte de desarrollo personal muy importante. Me enseñó a obtener mis propios beneficios, aprendí a vender, a perder el miedo en ese aspecto, y a la par contribuir con mi hogar”, nos señala doña Carmen.

Todo cambió cuando en el 2012, dos de sus hijas, ya profesionales, invirtieron en una florería virtual, pero ante la imposibilidad de atender el emprendimiento debido a sus obligaciones labores, le pidieron a doña Carmen que sumiera la administración del negocio.

 “Entonces me vi en la obligación de involucrarme más en este mundo de las flores, y empecé a visitar florerías por todo Lima, a trabajar muy de cerca con los maestros floristas, sobre todo en el mercado de flores “Santa Rosa” en el Rímac, donde colaboraba con ellos sin recibir dinero, solo por el conocimiento que me daba su labor. Así, aprendí no solo sobre arreglos florales, sino también – por ejemplo – labores de gestión como recepcionar pedidos de los proveedores en el centro de acopio. De este modo adquiría conocimientos sobre el tipo de flores, follajes, plantas, decoración, costos de producción, costos de elaboración, costos de traslado, etc.  Fue una especie de escuela para mí. Lamentablemente a principios de año el puesto del mercado con el que manteníamos lazos laborales se redujo a cenizas en un incendio, lo que definitivamente nos afectó, pues teníamos una relación de varios años con los floristas de ese mercado. Fue un duro golpe, sin duda, pero hay que afrontarlo y seguir para adelante”, le revela a Mype Pro.

“También tuvimos bajones al inicio. Me refiero a los primeros meses que se compró la florería Lilly, y estaba relacionado a la gestión oportuna de las órdenes, ya que éramos nuevas en el rubro. Sin embargo, nos sirvió para identificar las debilidades y corregirlas, afrontar las amenazas del negocio y explotar las oportunidades. Así, hemos seguido con el afán de continuar con la empresa propia”, nos comenta doña Carmen.

“Un año después del inicio de la aventura con la florería, en el 2013, el margen de las ventas fue exitoso, lo que nos permitió seguir con nuevos retos. Empezamos a trabajar con empresas, y en eventos como bodas y aniversarios, y ampliamos así la cartera de clientes. Nos asociamos con florerías amigas en provincias y hasta en el exterior, en Estados Unidos y España. También con florerías de México, Estados Unidos e incluso la India. Recepcionábamos los pedidos de las florerías asociadas y hacíamos la entrega en el Perú, y la cadena continuaba”, indicó esta madre y abuela emprendedora.

“Y claro también vendemos otros productos que acompañan a las flores, como canastas, peluches y vinos. Nos hemos asociado para la venta exclusiva de un pisco, también”, añade doña Carmen, no sin cierto aire de orgullo bien ganado.

Covid 19 y protestas

Respecto a las repercusiones que sufrió su negocio en la época de la pandemia, y más recientemente con los desastres naturales y las protestas sociales, doña Carmen le contó a Mype Pro: “Como a todos los negocios, la pandemia nos impactó significativamente. Si bien nuestra tienda es virtual, lo que de algún u otro modo, era una ventaja para nosotros, nos vimos perjudicados porque nuestros proveedores no atendían, enfermaron, no había productos pues estos provenían en su mayoría del Ecuador y provincias, y como cerraron las fronteras se perdió gran volumen de pedidos. Por el lado del proveedor sus productos se echaron a perder.  Los precios se encarecieron en el mercado nacional por el mismo impacto económico, así que nos perjudicamos con la logística, y el aprovisionamiento de mercadería”.

“Poco a poco nos fuimos recuperando conforme iban autorizando los permisos en las empresas para trabajar. Cada cierto tiempo teníamos que actualizar nuestros permisos desde la página del Ministerio de Salud y la Policía Nacional para poder atender los pedidos”, relata esta incansable emprendedora.

“Los desastres naturales fueron otro factor en contra. Por ejemplo, las lluvias e inundaciones perjudican los sembríos de flores y plantas. Y claro, las protestas sociales también perjudicaron el negocio, porque se torna inseguro transitar y circular con nuestros productos, temiendo ser atacados al cruzarnos con alguna protesta fuera de control, poniendo en riesgo nuestra integridad y la de nuestros colaboradores”, nos señala.

Sin miedo

En medio de su agitada labor diaria, entre pedidos urgentes, llamadas telefónicas incesantes, arreglos florales de todo tipo, tamaño y complejidad, doña Carmen se da un tiempo para brindarle algunos consejos a los emprendedores.

“Les diría que desarrollen sus emprendimientos sin miedo, pero con conocimiento, que se preparen, se capaciten. Es muy importante la comunicación, trazar objetivos y que se trabaje con planificación y orden para alcanzar las metas trazadas; es difícil, pero hay que ser constantes. Es primordial tener un plan de contingencia ante hechos inesperados que podrían afectar al negocio, pero sobre todo que trabajen con entusiasmo, con positivismo, pensando que las cosas saldrán bien”, refiere.

“Las herramientas tecnológicas son fundamentales. Entrar al mundo digital y aprovechar su potencial, para poder establecer una red de contactos, clientes, proveedores y accesibilidad sin límites”, señala a Mype Pro.

“Es muy importante tener una planificación de costos y presupuestos, pero también valorar los precios de la competencia, el valor del mercado”, agrega doña Carmen.

“La calidad del producto es un pilar fundamental, y la atención al cliente también, pues debe ser puntual y oportuna. Hay que darle herramientas diferentes para pagar, catálogo de productos, y sobre todo en la post venta, escuchar sus recomendaciones y sugerencias, lo que nos puede ayudar a mejorar desde un punto de vista externo”, concluye.

Capacitación constante

Para esta emprendedora, la capacitación es fundamental si quieren llevar su emprendimiento a buen puerto. “Es muy importante la capacitación constante en cualquier tipo de negocio, particularmente en el mundo de los arreglos florales, pues las tendencias están en constante cambio. Se trabaja en base a temporadas: flores de estación, y colores. De esta forma se tendrá una variedad amplia de productos para ofrecer a nuestros clientes, y por lo tanto mayor rentabilidad porque se incrementarán las ventas”.

“Actualmente seguimos trabajando para sacar adelante el negocio. Florería Lilly es una tienda virtual, sin embargo vamos a dar un giro para repotenciarnos dentro del mundo digital, que estaremos anunciando más adelante”, nos anuncia doña Carmen.